La Historia de Sucré Salé
Cocinar como herencia celular...
Olores, recuerdos, eventos....recetas cuidadosamente escritas y nunca perdidas en un viejo cuaderno de cartulina envejecido...cocinar también es el arte de una madre.
La puerta de mi habitación daba justo al lado de la cocina y creo que aun puedo oler los guisos y las tartas que mi madrugadora madre preparaba los domingos nada mas volver del mercadillo. Meticulosa y profundamente dedicada al éxito de su plato, no sé si llego nunca a disfrutar de lo que hacía ni a darse cuenta de que llegaba a niveles muy altos de arte culinario.
Cada receta tenía su porque y su historia.
Cada plato era un regalo para el paladar de un invitado, a veces un reto, siempre algo "perfecto".
Después de una Escuela Superior de Comercio en Francia, de años trabajando en discográficas y comercio internacional, me siento feliz entregando algo de mi herencia. Algo que pertenece a mi historia.
Cocinar es un alivio, una meditación.
Entrego mis recuerdos olfativos, mis recuerdos de infancia... Rindo homenaje a la que observé horas y horas en su propio templo, pegada a su cadera, agarrada a su pierna o leyéndole en voz alta cada receta....
Mi cocina es otra que la suya. Aprendí la intuición mas que las recetas y eso si, me quedé con el placer de compartir una buena mesa. Conseguí hacer de todo ello....
Sucré Salé.
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une main tendue
una mano tendida